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La economía de Afganistán lucha en medio de las fluctuaciones mundiales de los precios de los fertilizantes
Afganistán está lidiando con desafíos económicos mientras marca su tercer año consecutivo de contracción a raíz de las crisis humanitarias en curso. A pesar de una ligera disminución de una caída del 20,7% en 2022 al 6,2% en 2023, el PIB real del país sigue enfrentando incertidumbres.
El regreso de más de medio millón de refugiados afganos ha añadido presión al ya tenso mercado laboral y a la demanda de alimentos, particularmente en las provincias del este y del sur, lo que ha impactado aún más en la economía.
En medio de esta lucha económica, los precios mundiales de los fertilizantes han experimentado fluctuaciones, influenciadas en gran medida por actores clave como China, Marruecos, Arabia Saudita y Estados Unidos. A pesar de las perturbaciones provocadas por la invasión rusa de Ucrania en 2022, Rusia logró aumentar las exportaciones de fertilizantes en 2023, lo que afectó a los países dependientes de las importaciones.
Tras un aumento de la inflación tras los cambios políticos de agosto de 2021, Afganistán experimentó una caída hacia la deflación, y la inflación de los alimentos disminuyó significativamente. La constante tendencia deflacionaria, si bien respalda los bajos precios de los alimentos, tiene implicaciones para el poder adquisitivo de los hogares debido a las limitadas oportunidades laborales y los bajos salarios.
En el frente del tipo de cambio, el afgano ha mostrado una relativa estabilidad frente al dólar, rondando los 70-74 AFN por dólar desde noviembre de 2023. Esta estabilidad ofrece cierto nivel de previsibilidad en medio de los desafíos económicos.