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La investigación del Senado insta a mejorar la colaboración en los esfuerzos para erradicar las hormigas bravas
Una investigación del Senado pidió una mayor cooperación y transparencia en los esfuerzos en curso para erradicar las hormigas bravas, una plaga que representa una amenaza significativa para varias regiones de Australia. La reciente detección de hormigas bravas en Oakey, cerca de Toowoomba, ha generado preocupación sobre la posible propagación de esta especie invasora. El Partido Nacional, liderado por David Littleproud, ha criticado la lenta respuesta del gobierno, destacando los riesgos de permitir que las hormigas bravas proliferen más allá de las zonas de contención.
Dado que el plan nacional de erradicación asigna $592 millones durante cuatro años para abordar el problema de las hormigas bravas, hay un enfoque renovado en mejorar la colaboración entre las diferentes partes interesadas. El comité del Senado, encabezado por el senador nacional Matthew Canavan, enfatizó la necesidad de un enfoque más cohesivo para las estrategias de contención, incluido un mayor compromiso con actores de la industria privada como agricultores y empresas de control de plagas.
Se han realizado esfuerzos para contener las hormigas bravas desde su detección inicial en el puerto de Brisbane en 2001. Avistamientos posteriores en Gold Coast, Murwillumbah y Wardell en Nueva Gales del Sur han subrayado la urgencia de la campaña de erradicación. Originarias de América del Sur, las hormigas bravas tienen un historial de infligir picaduras dolorosas a humanos y animales, con consecuencias económicas potencialmente graves si no se controlan.
Las recientes proyecciones de modelos del Instituto Australiano sugieren que el impacto económico de las hormigas bravas podría alcanzar los 2.500 millones de dólares anuales para 2035 si no se implementan medidas de control efectivas. La investigación del Senado ha enfatizado la importancia de medidas proactivas, incluida una campaña de información integral para educar a los residentes de las áreas afectadas sobre la amenaza que representan las hormigas bravas.
En respuesta a las recomendaciones de la investigación, el gobierno federal ha reafirmado su compromiso con el programa de erradicación, prometiendo 296 millones de dólares durante cuatro años. El Consejo de Especies Invasoras se ha hecho eco del llamado del Senado a una vigilancia continua para abordar la amenaza de las hormigas bravas, enfatizando la necesidad de financiamiento sostenido y coordinación tanto a nivel federal como estatal.
El ganadero Craig Huf, cuyas propiedades abarcan Tweed y Gatton en el valle Lockyer de Queensland, expresó su preocupación por el impacto potencial de nuevas incursiones de hormigas bravas. Si bien los agricultores como Huf ya están lidiando con desafíos como la presión de las malezas, mantiene la esperanza de que los controles fronterizos mejorados y los esfuerzos de comunicación ayuden a prevenir la propagación de las hormigas bravas a otras regiones.