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Navegando por la universidad después de un año sabático: desafíos y triunfos
Regresar a la universidad después de un año sabático puede presentar una combinación de desafíos y triunfos para los estudiantes, a medida que se readaptan a la vida académica luego de un período de autoexploración y crecimiento. Elizabeth Martínez, estudiante de segundo año de marketing en UT que se tomó un año sabático, compartió sus experiencias de la transición de regreso a la universidad después de un año libre.
Durante su año sabático, Martínez se centró en construir conexiones significativas, explorar intereses como la meditación y escribir poesía, y trabajar para ahorrar dinero. Sin embargo, al regresar a UT, se sintió fuera de lugar como una de las estudiantes de mayor edad de la clase, académicamente por detrás de sus compañeros y luchando por conectarse con ellos.
Uno de los principales obstáculos que enfrentó Martínez fue ponerse al día con los cursos y reaclimatarse al rigor académico de la universidad, especialmente en McCombs. Expresó sentimientos de insuficiencia y dudas mientras trabajaba para dominar conceptos fundamentales esenciales para los cursos de la división superior.
Utilizando recursos como asesoramiento académico, tutores en el campus y horarios de oficina de los profesores, Martínez desarrolló gradualmente estrategias de estudio efectivas para ayudarla a superar los desafíos de regresar a la universidad después de su año sabático. Señaló que observar los hábitos de estudio de sus compañeros y formar nuevas rutinas eran pasos cruciales para volver a aprender a estudiar de forma eficaz.
Al vivir en la región de West Campus para estar cerca de UT, Martínez enfatizó la importancia de establecer metas y crear un cronograma estructurado para facilitar la transición de regreso a la vida académica. A pesar de las dudas iniciales de amigos que cuestionaban el valor de regresar a la universidad, Martínez se mantuvo firme en su objetivo de obtener un título.
Al mantenerse orientada a objetivos, rodearse de la academia y sumergirse en la vida universitaria, Martínez encontró consuelo en la estructura que ofrecía la educación superior. Al reflexionar sobre su decisión de tomarse un año sabático, anima a otros que estén considerando un camino similar a no tener miedo, ya que puede ser una experiencia gratificante que, en última instancia, mejora el viaje educativo de uno.