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Rebeldes sirios liberan a miles de personas de la tristemente célebre prisión de Sednaya tras derrocar al régimen de Assad
Los rebeldes sirios liderados por el grupo armado islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) han anunciado la liberación de miles de prisioneros políticos de la famosa prisión de Sednaya, cerca de Damasco. Este acontecimiento sigue a una dramática campaña militar de 10 días que resultó en la caída del gobierno de 50 años de la familia Assad en Siria. Los militantes del HTS, liderados por Abu Mohammed al-Golani, tomaron el control de la prisión de Sednaya el domingo, lo que obligó al líder Bashar al-Assad a huir a Rusia.
La liberación de la prisión de Sednaya ha supuesto un inmenso alivio para las familias que durante mucho tiempo habían creído que sus seres queridos habían sido ejecutados o estaban desaparecidos. Muchos detenidos, que habían estado encarcelados desde que comenzó el levantamiento sirio en 2011, se reunieron con sus familias. Una mezquita a 20 kilómetros de la prisión se ha convertido en un punto de encuentro para que los presos localicen a sus familiares.
A pesar de la liberación, muchas familias siguen buscando a sus seres queridos desaparecidos dentro de la prisión. El grupo de defensa civil sirio, los Cascos Blancos, ha desplegado equipos de emergencia especializados para investigar informes sobre entradas secretas y celdas subterráneas ocultas dentro de la prisión. Estos equipos están guiados por personas familiarizadas con el diseño de la prisión y con información de familias que afirman conocer áreas ocultas.
La prisión de Sednaya, situada a 30 kilómetros al norte de Damasco, tiene una oscura historia marcada por abusos sistemáticos y brutalidad bajo el régimen de Assad. La prisión fue construida entre 1981 y 1986 y se hizo famosa por sus duras condiciones, incluidas torturas, ejecuciones y desapariciones forzadas. Grupos de derechos humanos estiman que entre 5.000 y 13.000 personas fueron ejecutadas, en su mayoría en la horca, entre 2011 y 2015. La prisión también era conocida por su “edificio rojo”, donde los detenidos de seguridad eran retenidos y sometidos a juicios falsos y ahorcamientos masivos.
La caída del régimen de Assad y la liberación de la prisión de Sednaya han arrojado luz sobre las atrocidades cometidas dentro de sus muros. Sin embargo, es posible que nunca se conozca completamente el alcance total de estas atrocidades. Se pide a la comunidad internacional que investigue y enjuicie estos crímenes para garantizar justicia para los supervivientes y las familias de los desaparecidos.