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Reincidente sentenciado a 18 meses por voyeurismo en el centro comunitario de Sooke
Un hombre de Columbia Británica, Mark Istephan, fue condenado a 18 meses de prisión y tres años de libertad condicional por el juez Ted Gouge del Tribunal de Comunidades Occidentales. La sentencia fue por un delito de voyeurismo que ocurrió en el Centro Recreativo SeaPark de Sooke y que involucró a una víctima conocida como ZR.
Durante el incidente del 4 de mayo de 2022, ZR se encontró con el intento de Istephan de verla ducharse y vestirse mientras usaba el centro comunitario para su entrenamiento matutino. Ella estaba visiblemente conmocionada, huyó a la recepción y alertó a la policía del incidente.
Las pruebas presentadas durante el juicio convencieron al juez Gouge de que Istephan era en realidad la persona en el cubículo contiguo que intentaba vigilar a ZR. A pesar de declararse inocente, el historial de delitos de Istephan pesó mucho en la decisión de sentencia.
Istephan, que no es nuevo en actividades delictivas, había sido acusado anteriormente de intento de secuestro en 2001, cuando intentó meter a una niña de 13 años en su vehículo en una parada de autobús. Las condenas posteriores en 2007 y 2014 por actos indecentes generaron aún más preocupaciones sobre su comportamiento.
Varios profesionales de la salud mental evaluaron a Istephan entre 2001 y 2008, lo que generó preocupación sobre su riesgo de reincidencia. El tribunal destacó la falta de cooperación de Istephan con los procedimientos de diagnóstico y su renuencia a participar en el tratamiento de sus problemas de salud mental.
A pesar de su posible detención indefinida en un centro de salud mental en virtud de la Ley de Salud Mental, Istephan ha sido sentenciado a 18 meses de cárcel y enfrenta estrictas condiciones de libertad condicional una vez liberado. El juez enfatizó el riesgo generalizado para la seguridad pública que representan los repetidos delitos de Istephan.
La intención detrás de la sentencia era proteger al público de un conocido reincidente cuyas acciones han infundido miedo y ansiedad en sus víctimas, alterando su sentido de seguridad y bienestar en los espacios públicos.