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GM reorientará los esfuerzos de conducción autónoma en vehículos personales y finalizará la financiación para cruceros robotaxis
General Motors (GM) ha anunciado un cambio significativo en su estrategia de conducción autónoma, optando por reorientar sus esfuerzos en el desarrollo de sistemas avanzados de asistencia al conductor para vehículos personales en lugar de dedicarse a servicios de robotaxi. Esta decisión implica cesar la financiación para el desarrollo de robotaxi de Cruise LLC, una unidad en la que GM posee aproximadamente el 90% de propiedad y planea aumentar a más del 97% mediante recompras de acciones.
La compañía aprovechará el éxito de su función Super Cruise, un sistema de conducción sin intervención y con la vista disponible actualmente en más de 20 modelos de vehículos GM y que recorre más de 10 millones de millas por mes. La decisión de GM de retirarse del mercado de los robotaxi está impulsada por el tiempo y los recursos sustanciales necesarios para escalar el negocio, así como por la creciente competitividad en el sector de los robotaxi.
GM pretende integrar los equipos técnicos de Cruise LLC con los suyos propios para avanzar en las tecnologías de conducción autónoma y asistida. Esta integración es parte de la estrategia más amplia de GM para ofrecer las mejores experiencias de conducción a sus clientes de una manera disciplinada y eficiente en términos de capital. Según Mary Barra, presidenta y directora ejecutiva de GM, “Cruise ha sido uno de los primeros innovadores en autonomía, y la integración más profunda de nuestros equipos, junto con las sólidas marcas, la escala y la solidez de fabricación de GM, ayudarán a avanzar en nuestra visión para el futuro del transporte. ”.
Se espera que el plan de reestructuración reduzca el gasto de GM en más de mil millones de dólares anuales una vez completado, previsto para la primera mitad de 2025. GM organizará una conferencia telefónica para que analistas discutan los detalles de este cambio estratégico.
Esta medida se alinea con el objetivo general de GM de aprovechar la tecnología avanzada para construir vehículos más seguros, más inteligentes y con menores emisiones, a medida que la compañía hace la transición hacia un futuro totalmente eléctrico. La decisión refleja el compromiso de GM de ofrecer experiencias de conducción innovadoras y al mismo tiempo gestionar los recursos de manera eficiente en un mercado automotriz altamente competitivo.