Revelando el significado subversivo del Viernes Santo: una perspectiva girardiana

El año pasado, una profunda experiencia llevó a un ex agnóstico a regresar a un servicio del Viernes Santo después de décadas. En medio de los rituales familiares, una comprensión inquietante se agitó dentro de él. La recreación de la Pasión de Cristo instó a la congregación a participar en los gritos de ‘¡Crucifícale!’ – un llamado discordante a identificarse con la multitud hostil.

Al reflexionar sobre esto, el periodista profundiza en las opiniones poco convencionales de Renu00e9 Girard, un erudito de Stanford, cuyas teorías desafían la narrativa predominante de similitudes culturales y religiosas. Girard postula que, si bien los mitos paganos a menudo justifican la violencia, el judaísmo y el cristianismo exponen y condenan tales actos, subvirtiendo así la norma social.

Girard extrapola sus teorías de cuentos bíblicos como Caín y Abel, enfatizando el papel fundamental de la violencia sacrificial en la historia humana. Descubre el intrincado vínculo entre el deseo mimético y la violencia social, tejiendo una narrativa convincente a través de Adán y Eva, los profetas hebreos y, en última instancia, la muerte sacrificial de Jesús.

Además, la interpretación matizada de Girard del pecado original trasciende las nociones convencionales. Al resaltar la violencia inherente y la búsqueda de chivos expiatorios presentes en las estructuras sociales, el judaísmo y el cristianismo se esfuerzan por revelar la inocencia de las víctimas y desafiar el status quo.

En un contexto contemporáneo, las ideas de Girard arrojan luz sobre la creciente animosidad política, con facciones de derecha e izquierda recurriendo a la demonización. Haciéndose eco de las preocupaciones de Girard, el periodista expresa inquietud por el resurgimiento del antisemitismo, temiéndolo como un potente indicador del resurgimiento de tendencias a buscar chivos expiatorios.

Mientras los profundos análisis de Girard continúan resonando en un mundo que lucha contra conflictos profundamente arraigados, el periodista lucha con la inquietante verdad incrustada en la narrativa del Viernes Santo, recordando a los lectores la dualidad inherente de la naturaleza humana.